Vuelvo, después de varias toneladas de cocaína y lagos de alcohol; decido establecer la unión nuevamente con las fuerzas supremas del cosmos, destruyendo los vicios, ya que actualmente me he cansado de disfrutar brutalmente de un modo anormal de los lapsos patéticos de la vida.
Ya he estado en el infierno que tanto temen los cristianos, conozco el verdadero dolor, el verdadero fuego de la agonía, la sublime soledad... he caminado de la mano junto a la muerte, de esa forma reconozco haber cumplido como un verdadero discípulo de la sombras.
Como es sabido para los neófitos, la sabiduría se encuentra en el dominio del bien y del mal.
Ahora mi meta total es el AGATHOKLES.
Estoy aprendiendo a morir y a sentir la generosidad del tiempo.
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